Miras de
lejos ventanas vacías,
Cruzas
la puerta que se deshacía.
Polvo
por doquier,
Recuerdo
del ayer.
Ya estas
adentro
¿Qué vas
a hacer?
Miras los
cuadros en la pared,
Extraños
y risas,
Alguna
merced.
Revisa
de prisa.
Una voz
escuche.
¿De
alguien precisas?
¿Que responderé?
Mira
hacia atrás,
No hay nada
que ver.
Fue solo
el viento,
¿No quieres
correr?
Sola una
silla, cerca la chimenea,
Una pipa
y un libro.
Mas no
hay quien lo lea.
Tus
sentidos calibras.
¿Estás
solo? ¡Voltea!
Escuchas
cazuelas, en la cocina,
Ecos
pasados de viejas rutinas.
Comida
de mamá, sentarse a cenar.
Entras.
No hay nada. No basta escuchar.
Subes
arriba a los cuartos gemelos.
Un
pasillo y al fondo, vez mi reflejo.
Hay un
destello,
La luz
de un espejo.
Rueda un
juguete.
¿Era
tuyo aquello?
Escuchas
las voces de viejas querellas.
¿Extrañas
aquellas graciosas peleas?
Un
abrazo, un gesto. ¿Momentos sorteas?
Llantos
repentinos,
Llamados
lejanos.
Mientras
sudas frio,
Sientes cálidas
manos.
No hay
nombres, fantasmas.
No hay
rostros, ¿recuerdas?
Nada se
plasma.
Etéreas
presencias.
Ayeres inciertos.
Mañanas
desiertos.
Sigue las
voces,
¿Las
reconoces?
Abres
los ojos, ves rostros ajenos.
Ellos sonríen,
tú sigues sereno.
¿Cómo se
siente?
Memoria de nada,
Solo en tu
mente.
Una casa
abandonada.